domingo, 1 de febrero de 2009

SAN Tonio Holmes

Ahora sí es momento de hablar del Super Bowl. Los equipos llegaban en una situación similar a la del año pasado; había un equipo considerado favorito por mucho, que venía con un paso arrasador, y otro que tenía el estatus de revelación y del que muchos esperaban la sorpresa… aunque si la esperaban pues ya no sería una sorpresa, pero bueno, cuestiones de semántica.
El primer cuarto fue una verdadera muestra de impotencia por parte de los Cardenales. Su ofensiva prácticamente no existió y en defensa dejaron a Roethlisberger y compañía hacer lo que quisieran. Una jugada en la que prácticamente ya lo tenían capturado y finalmente lo dejaron escapar para completar un pase con Heath Miller, que les representó un primero y diez, fue la mejor muestra de lo ocurrido en ese episodio. Los acereros no desaprovecharon la oportunidad y se fueron adelante tras 12 minutos de juego 3-0.
En el segundo periodo las cosas pintaron diferentes, al menos para la ofensiva de Arizona, pues Warner finalmente pudo encontrar a sus receptores y con una extraordinaria serie ofensiva consiguió sus primeros puntos del partido. Previamente Pittsburgh se habían adelantado hasta por 10 puntos, gracias a que aprovecharon la inercia que acarreaban del primer cuarto y que les dio la oportunidad de conseguir su primera anotación.
Parecía que la ventaja se ampliaría pero una intercepción de Dansby le dio a los de la Conferencia Nacional la oportunidad de cuando menos irse al descanso con el partido empatado… no lo consiguieron. James Harrison, defensivo del año, consiguió la segunda intercepción del cotejo y corrió 100 yardas de manera espectacular para poner el partido 17-7 y hundir anímicamente a los Cardenales en vísperas del medio tiempo.
El regreso a las actividades presentó una serie de errores y faltas absurdas que evito que las ofensivas se consolidaran y hubieran grandes movimientos en el marcador. Lo más importante de todo fue que Arizona se mantuvo con vida al detener a los Acereros en 2 ocasiones en su zona de gol, y solo les costó 3 puntos.
Ya con sólo 12 minutos por jugar las cosas lucían extremadamente complicadas para los Cards, sobre todo porque no encontraban consistencia en su ataque y a la defensiva les costaba mucho frenar las carreras de Parker. Pero pareció que ese era la presión que necesitaban para despertar, y Warner empezó a hacer lo que mejor sabe, lanzando pases preciosos, precisos, y sobre todo en serie. Fue así como lograron ponerse a una posesión de distancia tras un arcoíris bajado por Larry Fitzgerald en las diagonales. Aunque todavía faltaba lo mejor. Un safety y después una escapada de 64 yardas del propio Fitzgerald le dieron la vuelta al partido para mandar a los Cardenales 23-20 arriba con tan solo 2:30 por jugar.
Pero los Acereros no por nada son el equipo más triunfador en la época de los Super Tazones. El héroe inesperado apareció y Santonio Holmes (a la postre MVP del partido) consiguió una serie de recepciones inmaculadas, entre ellas una de anotación, y puso las cifras definitivas del partido, 27-23, para darles la edición XLIII a los de Pittsburgh.
De esa manera el equipo de la “Cortina de acero” se convierte en el único en alcanzar las 6 victorias en esta clase de encuentros, superando a los Vaqueros y a los 49´s.

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