Ayer salió publicada una nota, en la que un dirigente del Barcelona declaraba a una estación de radio en España, que había algunos jugadores en el equipo catalán, que se encontraban apartados y relegados del plantel debido a que se iban constantemente de marcha (de peda). Sin mencionar nombres, consiguió que todos volteáramos a ver a Ronaldinho y a Deco. Estos, otrora, cracks del fútbol, llevan una inactividad de meses debido a unas supuestas lesiones. Pero la lógica, le da al razón a las declaraciones del dirigente, sobre todo en el caso Ronaldinho, pues primero decían que estaba lesionado, luego que no, que necesitaba descanso, después que el jugador se quejaba de un dolor pero no aparecía nada en las pruebas médicas realizadas, finalmente que siempre sí estaba lesionado y por eso ha quedado fuera del resto de la campaña. Una autentica tragicomedia lo que ocurre en La Masia con este brasileño.
El resultado de todo lo anterior para el Barça, de inicio ha sido malo, preocupante, aunque no catastrófico. Si bien es cierto que ante la ausencia de estos 2 elementos ha quedado relegado hasta la tercera posición de La Liga, también es verdad que está clasificado a las semifinales de la Champions. Es evidente que ya no muestran el fútbol espectacular de hace un par de temporadas, pero es una realidad que el fútbol se basa en resultados, y si estos se dan, el público a final de cuentas se olvida de todo lo demás (los que opinen lo contrario que hablen con Capello). Tampoco podemos olvidar que el mal funcionamiento del Barcelona se debe en gran medida a la ausencia de su gran estrella, Lionel Messi.
Lo que quiero decir es que, la decisión de apartar a jugadores problema, es siempre acertada por más figura que el individuo pueda ser. Los casos recientes lo comprueban.
Manuel Pellegrini tenía problemas con Juan Román Riquelme, pues el argentino era indisciplinado tácticamente y flojo en labores defensivas. Las responsabilidades que el chileno le encomendaba, le parecían ridículas para un jugador de sus características y lo hacía notar de maneras poco ortodoxas para la profesión. Finalmente, Topo Gigio fue apartado del Villarreal, quien al principio acusó la falta de su creador de juego, pero que ahora mismo se encuentra en el segundo lugar de la tabla general y con serias aspiraciones de alcanzar su primer título liguero.
En otro caso reciente, podemos observar a Javier Aguirre con el Atlético, quien echó del equipo a Maniche por la indisciplina del lusitano y algún mal comportamiento que consideró era perjudicial para el grupo. Los detalles exactos de lo ocurrido no se saben con exactitud, pues el Vasco ha manejado siempre una política de confianza en el vestuario, ejemplar; lo que pasa en el vestuario se queda en el vestuario. La oncena colchonera tuvo una notable baja en su juego tras la salida del portugués, pero ha recuperado su nivel, y de momento está cumpliendo su objetivo de meterse en Liga de Campeones. ¿Quién se acuerda hoy de Maniche en Madrid y de Riquelme en Castellón?
Los ejemplos son claros. Ahora solo falta esperar a ver que tal le va al Barça. Pero para un servidor, como están jugando Cristiano y el Manchester, ni con Dinho, Deco o Messi, le va a alcanzar al cuadro Culé. La única manera para salvar la temporada será ganando el clásico, cerrar de manera casi perfecta, y esperar algún tropezón del Madrid (que cada vez están más baratos) para poder conquistar La Liga.
El resultado de todo lo anterior para el Barça, de inicio ha sido malo, preocupante, aunque no catastrófico. Si bien es cierto que ante la ausencia de estos 2 elementos ha quedado relegado hasta la tercera posición de La Liga, también es verdad que está clasificado a las semifinales de la Champions. Es evidente que ya no muestran el fútbol espectacular de hace un par de temporadas, pero es una realidad que el fútbol se basa en resultados, y si estos se dan, el público a final de cuentas se olvida de todo lo demás (los que opinen lo contrario que hablen con Capello). Tampoco podemos olvidar que el mal funcionamiento del Barcelona se debe en gran medida a la ausencia de su gran estrella, Lionel Messi.
Lo que quiero decir es que, la decisión de apartar a jugadores problema, es siempre acertada por más figura que el individuo pueda ser. Los casos recientes lo comprueban.
Manuel Pellegrini tenía problemas con Juan Román Riquelme, pues el argentino era indisciplinado tácticamente y flojo en labores defensivas. Las responsabilidades que el chileno le encomendaba, le parecían ridículas para un jugador de sus características y lo hacía notar de maneras poco ortodoxas para la profesión. Finalmente, Topo Gigio fue apartado del Villarreal, quien al principio acusó la falta de su creador de juego, pero que ahora mismo se encuentra en el segundo lugar de la tabla general y con serias aspiraciones de alcanzar su primer título liguero.
En otro caso reciente, podemos observar a Javier Aguirre con el Atlético, quien echó del equipo a Maniche por la indisciplina del lusitano y algún mal comportamiento que consideró era perjudicial para el grupo. Los detalles exactos de lo ocurrido no se saben con exactitud, pues el Vasco ha manejado siempre una política de confianza en el vestuario, ejemplar; lo que pasa en el vestuario se queda en el vestuario. La oncena colchonera tuvo una notable baja en su juego tras la salida del portugués, pero ha recuperado su nivel, y de momento está cumpliendo su objetivo de meterse en Liga de Campeones. ¿Quién se acuerda hoy de Maniche en Madrid y de Riquelme en Castellón?
Los ejemplos son claros. Ahora solo falta esperar a ver que tal le va al Barça. Pero para un servidor, como están jugando Cristiano y el Manchester, ni con Dinho, Deco o Messi, le va a alcanzar al cuadro Culé. La única manera para salvar la temporada será ganando el clásico, cerrar de manera casi perfecta, y esperar algún tropezón del Madrid (que cada vez están más baratos) para poder conquistar La Liga.
La semana pasada hice algo que debí haber hecho hace mucho tiempo…compré mi abono para el béisbol. Finalmente me animé a invertir en los leones, pues quiero involucrarme más con el equipo.
